Voces que sanan

Descubre el eco del alma tocada por la luz en "Ni Una Luz Menos". Aquí, en NUCLEO DE LUZ, encontrarás testimonios, cartas y mensajes sinceros de mujeres, niños, abuelos y voluntarios. Un espacio de gratitud, verdad y esperanza viva.

"Una palabra puede sanar un alma. Tu historia puede ser la luz de otro. Aquí nadie está solo. Cada voz es un abrazo."

Inspírate y participa en las actividades de NUCLEO DE LUZ.

Carta del Alma

Para ti, que has sentido dolor y aún así elegiste amar

Amada alma,
Te reconozco en tu luz y en tus sombras.
de las noches en que tu corazón gritaba en silencio,
y aún así, cada amanecer elegiste tender la mano,
brindar consuelo, y ser refugio.
Tu existencia es un poema de resiliencia.
Gracias por ser un faro en este mundo herido.
Esta carta es solo un susurro que te recuerda:
no estás sola. Nunca lo estuviste.
Eres profundamente amada.
Con toda mi luz,
Núcleo de Luz

 

 

      Historia que Inspira

La abuela Elena y la caja de dulces

Elena llegó al centro con un pañuelo en la cabeza y una sonrisa tímida. No hablaba mucho, pero traía una caja de metal. Un día, la abrió para mostrar que dentro había bombones caseros que aprendió a hacer en su infancia.
Empezó a enseñar a los niños, y poco a poco su risa volvió a brotar.
Hoy Elena es la “abuelita dulzura” del hogar.
Su historia nos recuerda que incluso en la vejez y el dolor, florece la esperanza… si se le da un espacio.

Diario de Luz

 

Hoy recibimos a Marisol, una niña de ocho años con una mirada profunda y triste. Cuando le ofrecimos pintura y hojas, lo primero que dibujó fue una casa con un árbol dorado y muchos pájaros.
Ese es mi deseo”, dijo.
Marisol no lo sabe aún, pero su deseo ya es una semilla en nuestra misión.
Las manos que la abracen serán alas.
Gracias a quienes nos ayudan a crear esos nidos de amor.

                                        Murales de Gratitud

Gracias…
A ti, donante silencioso, que eliges compartir tu abundancia.
A ti, voluntaria incansable, que abrazas sin pedir nada.
A ti, niño valiente, que sonríes aún con hambre.
A ti, alma herida, que aún crees en la luz.
Este mural lo escribimos entre todos,
con lágrimas, con amor, con esperanza.